Wednesday, November 24, 2004

Himno Nacional de Honduras.

Heidy Paola Mendoza Villanueva 6° “B”

Datos Biografía de los Autores del Himno Nacional de Honduras.

Don Augusto C. Coello

Nació en la ciudad de Tegucigalpa el 1 de septiembre de 1883. Sus padres el Lic. Adán Coe-llo y la Sra. Adela Estévez.

Curso sus estudios primarios en su ciudad natal. Los de secundaria en el colegio eclesiástico “Espíritu del Siglo” dirigido por Monseñor Ernesto Fiallos en donde obtuvo el título de Bachi-ller en Ciencias y Letras. Ingresó a la facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas de la Universidad de Honduras. Se graduó de Abogado en 1902.

El 25 de diciembre de 1911 contrajo matrimonio en Costa Rica con la señorita Joselina Cas-tillo de cuya unión nacieron sus hijos: Augusto, Rafael, Alberto, Jorge, Antonio, Joselina y María de los Ángeles.

Desempeñó importantes cargos en el Gobierno, destacándose como de mayor importancia los siguientes: Diputado al Congreso Nacional; Diputado a la Asamblea Nacional Constitu-yente; Secretario del Congreso Nacional; Sub-Secretario de Relaciones Exteriores; Secreta-rio de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores en dos oportunidades; Secretario Pri-vado de la Presidencia de la República por dos veces; Secretario de la Comandancia Gene-ral del Ejército; Comandante y Gobernador Político del Departamento de Intibucá; Alcalde Municipal de la Ciudad de La Ceiba; Comandante del Puerto de Omoa; Fiscal del Consejo del Distrito Central.

Desempeñó otros cargos, delegaciones y representaciones, tales como las que siguen: Con-sejero de la Delegación de Honduras en Washington D.C.; nombrado por Acuerdo del 13 de abril de 1923 para el estudio de las cuestiones territoriales entre Honduras y las Repúblicas de Guatemala y Nicaragua; Presidente de la Comisión de Límites reunida en Cuyamel, Cor-tés; Delegado de Honduras a la VII Conferencia Panamericana reunida en Montevideo, Uru-guay; Consultor del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cónsul General de Ecuador, Costa Rica y Panamá en Tegucigalpa, M.D.C.

Tuvo destacada actuación en el periodismo en donde alcanzó gran prestigio, razón por la cual fue premiado eligiéndolo por unanimidad Presidente del Primer Congreso de Periodistas de Honduras. Dirigió varios periódicos, así: en Costa Rica, “La República”, “La Prensa Libre”, “El Diario”, “La Opinión” y “Pabellón Rojo y Blanco”. En Honduras: “El Imparcial”, “En Mar-cha” y “Pro Patria”.

Descolló como escritor; suyas son las siguientes obras: “Digesto Constitucional en Hondu-ras”, “El Periodismo en Honduras”, “Canto a la Bandera”, “15 de Septiembre de 1934” y “Las Islas del Cisne”.

Fue un poeta de mucha inspiración como lo demostró al cultivar la literatura. Escribió los si-guientes Himnos: “A Honduras”, declarado en 1915 como Himno Nacional; “Himno a la Ma-dre”, “Primavera Triunfal”, “Himno a los Héroes del 56 de la República de Costa Rica”, otros poemas.

En la obra “Aspectos Culturales de Honduras”, el Profesor Fausto Lara C. Se expresa del poeta así: “Ilustre hondureño que tiene un monumento de gratitud en el alma de los hondu-reños, por las grandes ejecutorias realizadas a favor de la dignidad y la grandeza de la Na-ción. Patriota y rebelde. Abraza a la Patria en un Himno triunfal. Historiador y político, anhela el progreso de Honduras; ama la paz con un afán de superación. Vivirá eternamente como idealista y como orientador de juventudes”.

La muerte de este poeta inmortal, acaeció en San Salvador, el 8 de septiembre de 1941, pe-ro sus restos reposan en el Cementerio General de Tegucigalpa. Con motivo de su sentida muerte, “Defensa Social” editado en San Salvador escribió: “Con la muerte de este vate, queda rota pues, una de las liras hondureñas que más vibración tuvieron en todo el Conti-nente Americano, y de cuyas repercusiones salieron al unísono las estrofas del Himno Na-cional de aquel valiente pueblo de allende el Goascorán.


Don Carlos Hartling

Este insigne músico nació el 2 de septiembre de 1869 en la ciudad de Erfurt, Alemania. Hijo de don Jorge Hartling y de Doña Enriqueta de Hartling.

Inició sus estudios de arte musical en el Conservatorio del Gran Duque de Weimar, conti-nuándolos en el Conservatorio de Leipsig y culminándolos en la Academia de Música de Munich.

En el ejercicio de su profesión dirigió en su ciudad natal varias escuelas de música, orques-tas, operetas y tres bandas militares. Fue también Director de una Banda de la Marina de Guerra Alemana; Corneta en el Ejercito de una Colonia Alemana del África, en donde fue decorado por un acto de heroísmo. Por último, Director de la Banda del Regimiento de In-fantería No 71 estacionado en Erfurt.

Por disposiciones del Presidente de Honduras, Dr. Policarpo Bonilla y por gestiones realiza-das por el Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Cesar Bonilla, fue contratado el Señor Car-los Hartling para organizar y dirigir un cuerpo de banda que tan necesario era en aquel tiem-po.

El Señor Hartling llegó a Honduras en 1896, procediendo a organizar una banda marcial que dirigió con el nombre de “Banda de los Altos Poderes”, desde su llegada hasta 1915. en 1899 contrajo matrimonio con la Señorita Guadalupe Ferrari Guardiola con quien procreó dos Hijas: Enriqueta y Alicia que llegaron a destacarse como las mejores pianistas de su época.

En el año de 1903, el Señor Hartling recibió el encargo de escribir la música que se acoplara al poema escrito por Don Augusto C. Coello.

Por recomendación del Comandante de Armas, General Don Alfonso Gallardo, la música fue instrumentada para ser ejecutada por la Banda de los Altos Poderes, labor que realizó con buen excito. Escuchada por el Presidente Don Manuel Bonilla, quedó impresionado y ordeno imprimir la obra musical. Por razones de nacionalidad cuando la Primera Guerra Mundial, fue separado de su cargo dedicándose a labores agrícolas. Muy pronto tuvo la grata noticia de que el Presidente Interino Don Alberto Membreño había declarado oficialmente como Himno Nacional de Honduras la obra poética – musical de los autores Coello y Hartling.

En 1920 es contratado por el Gobierno de la República del Salvador para dirigir la Banda de los Supremos Poderes. Encontrándose cumpliendo con su deber, fue atacado por la fiebre amarilla muriendo el 13 de agosto de 1920 en Santa Tecla en El Salvador, en donde descan-san sus restos.


Decreto Mediante el Cual se Legaliza el Uso del Himno Nacional

Decreto No 42.

ALBERTO MEMBREÑO. Presidente Constitucional de la República,

CONSIDERANDO: Que de las Repúblicas de Centro América, Honduras es la única que ca-
rece de Himno Nacional reconocido en forma; y
CONSIDERANDO: Que hasta la fecha ha sido tenido como tal el compuesto por los señores
Augusto C. Coello y Carlos Hartling.

POR TANTO:
DECRETA:

Art. Único. Declarar como Himno Nacional de la República de Honduras el de la letra de
Don Augusto C. Coello y música de Don Carlos Hartling.

Dado en Tegucigalpa, en el Palacio Nacional, a los tres días del mes de noviembre de mil novecientos quince.

ALBERTO MEMBREÑO

El Secretario de Estado en el Despacho de Gobernación y Justicia.

Pedro A. Medar

El Secretario de Estado en el Despacho de Instrucción Pública.

Rómulo E. Durón.


Acuerdo que Reglamenta los Casos en los que Podrá Cantarse el Himno Nacional

Tegucigalpa, 15 de noviembre de 1917.

El presidente de la República.

CONSIDERANDO: Que siendo el Himno Nacional la expresión más alta del sentimiento de
la Patria, debe ejecutarse sólo en aquellos actos oficiales que revisten
gran solemnidad pública.

POR TANTO:

ACUERDA: 1°.- Que el Himno Nacional se tocará o cantará únicamente en los casos si-
guientes:

a) En el acto de izarse y arriarse el Pabellón Nacional, lo mismo que en todo acto de servicio militar o festividad cívica en que debe hacérsele los honores;
b) En la apertura o clausura de sesiones del Congreso Nacional, a la entrada y salida del Presidente de la República;
c) En las recepciones públicas de los Ministros y Diplomáticos;
d) En las ceremonias en el momento de entrar y salir el Presidente de la República;
e) En el acto de hacer los honores al Congreso Nacional en cuerpo y Corte Suprema de Justicia en Pleno;
f) Cuando los altos Jerarcas del Gobierno se dirigen al pueblo hondureño, ya por radio o televisión ( última de las reglamentaciones );
g) En todo acto cívico en que se rinda tributo a la Patria.

2°.- Las autoridades civiles y militares velaran por el estricto cumplimiento del
presente acuerdo e impondrán a sus infractores el castigo correspondiente.

COMUNÍQUESE.- F. BERTRAND.- El Secretario de Estado en el Despacho de Goberna-ción y Justicia.- Francisco J. Mejía.


Cuestionario Sobre el Himno Nacional de Honduras

1) ¿Quién fue el autor de la letra de nuestro Himno Nacional?
R/= Fue el poeta Don Augusto C. Coello Estévez.

2) ¿Quién es el autor de la música de nuestro Himno Nacional?
R/= El alemán Don Carlos Hartling.

3) ¿En qué tiempo comienza a cantarse el Himno Nacional?
R/= En el cuarto tiempo. Cuando la batuta va hacia arriba. Tu bandera...

4) ¿En qué año y por mandato de qué Gobierno fue contratado el Maestro Carlos Hartling, para componer la música del Himno Nacional?
R/= En 1896 por mandato del General Manuel Bonilla, Presidente de Honduras.

5) ¿En qué lugar, fecha, mes y año murió Don Augusto C. Coello?
R/= En San Salvador el 8 de septiembre de 1941.

6) ¿En qué lugar, fecha, mes y año nació Don Augusto C. Coello?
R/= En Tegucigalpa el 1 de septiembre de 1883.

7) ¿En qué lugar se encuentran los restos de Don Augusto C. Coello?
R/= En el Cementerio General de Tegucigalpa.

8) ¿Qué significa la “C” en el nombre de Augusto C. Coello?
R/= Significa o quiere decir Constancio.

9) ¿En qué compás está escrito el Himno Nacional?
R/= En compás de 4/4 cuatro cuartos ( cuatro por cuatro ).

10) ¿En qué fecha, lugar y año se cantó por primera vez nuestro Himno Nacional?
R/= El 15 de septiembre de 1904 en la Escuela Francisco Reyes, según unos autores y para otros en la Escuela Normal de Señoritas.

11) ¿En qué lugar, fecha, mes y año nació Don Carlos Hartling?
R/= En la ciudad de Erfurt, Alemania el 2 de septiembre de 1869.

12) ¿En qué lugar, fecha, mes y año murió Don Carlos Hartling?
R/= En Santa Tecla, El Salvador el 13 de agosto de1920 a causa de la fiebre amarilla.

13) ¿Durante que administración fue declarado oficialmente el Himno Nacional?
R/= Durante la administración del Dr. Alberto Membreño.

14) ¿Mediante qué decreto y fecha fue declarado oficialmente el Himno Nacional?
R/= Mediante Decreto No 42 del 13 de noviembre de 1915.

15) ¿Quién era Ministro de Educación cuando fue declarado oficialmente el Himno Nacio-nal?
R/= El Dr. Rómulo E. Durón ( Historiador ).

16) ¿Qué debe hacer todo hondureño al oír las notas de nuestro Himno Nacional?
R/= Pararse firme, si tiene sombrero quitárselo y llevar su mano derecha sobre el co-razón en señal de juramento fiel y solemne a nuestra amada Honduras.

17) ¿Cuál es el primer deber de todo buen hondureño?
R/= Amar a su Patria, defenderla con heroísmo; respetar sus símbolos sagrados y no permitir jamás que otra nación la mancille ni conquiste.



18) ¿Qué es el Himno Nacional?
R/= Es el canto sagrado de los hondureños. Por esto todo hondureño mujer y hombre tienen la obligación de saber cantar, sentir e interpretar las notas vibrantes de nuestro Himno Nacional.

Himno Nacional de Honduras

Coro

Tu bandera es un lampo de cielo
por un bloque de nieve cruzado,
y se ven en su fondo sagrado
cinco estrellas de pálido azul.
En tu emblema que un mar rumoroso
con sus ondas bravías escuda,
de un volcán tras la cima desnuda
hay un astro de nítida luz.

I

India Virgen y hermosa dormías
de tus mares al canto sonoro,
cuando echada en tus cuencas de oro
el audaz navegante te halló;
y al mirar tu belleza extasiado
al influjo ideal de tu encanto
la orla azul de tu espléndido manto
con su beso de amor consagró.
Tu bandera.... etc.

II

De un país donde el sol se levanta,
más allá del atlante azulado,
aquel hombre te había soñado,
y en tu busca a la mar se lanzó.
Cuando erguiste la pálida frente,
en la viva ansiedad de tu anhelo
bajo el dombo gentil de tu cielo,
ya flotaba un extraño pendón.
Tu bandera.... etc.

III

Era inútil que el indio tu amado
se aprestara a la lucha con ira
porque envuelto en su sangre Lempira
en la noche profunda se hundió;
y de la épica hazaña en memoria
la leyenda tan solo ha guardado
de un sepulcro el lugar ignorado
y el severo perfil de un peñón.
Tu bandera.... etc.

IV

Por tres siglos tus hijos oyeron
el mandato imperioso del amo;
por tres siglos tu inútil reclamo
en la atmósfera azul se perdió;
pero un día de gloria tu oído
percibió poderoso y distante,
que allá lejos, por sobre el Atlante
indignado rugía un león.
Tu bandera.... etc.

V

Era Francia, la libre la heroica
que en su sueño de siglos dormida
despertaba iracunda a la vida
al reclamo viril de Dantón.
Era Francia, que enviaba a la muerte
la cabeza del Rey consagrado
y que alzaba soberbia a su lado,
el altar de la diosa razón.
Tu bandera.... etc.

VI

Tú también, oh mi Patria! te alzaste
de tu sueño servil y profundo;
tú también enseñaste al mundo
destrozado el infame eslabón.
Y en tu suelo bendito, tras la alta
cabellera del monte salvaje,
como un ave de negro plumaje,
la colonia fugaz se perdió.
Tu bandera.... etc.

VII

Por guardar ese emblema divino
marcharemos oh Patria! a la muerte.
Generosa será nuestra suerte
si morimos pensando en tu amor.
Defendiendo tu santa bandera
y en tus pliegues gloriosos cubiertos
serán muchos Honduras, tus muertos,
pero todos caerán con honor.

Tu bandera.... etc.



Por algunos años el canto patriótico conocido con el nombre de “La Granadera” letra del Dr. Rómulo E. Durón, hondureño se estuvo usando como Himno Nacional de nuestro país; y no fue sino hasta el año de 1915 que Honduras tuvo su Himno debidamente autorizado por una disposición legal del Gobierno por Decreto No 42 de 13 de Noviembre de 1915.


Argumento y Explicación de Nuestro Himno Nacional
Por el Licenciado Gualberto Cantarero Palacios

CORO

Imagina a la bandera como un resplandor del cielo que está cruzado por una franja blanca simbólica de paz, serenidad y pureza, que debe haber y sobresalir en el espíritu de los hon-dureños. Las cinco estrellas azules sirven para recordar que los Estados Centro Americanos hoy desunidos, formaron y han de formar una sola patria, fuerte, rica y respetada.

El emblema es el Escudo con la Leyenda: “República de Honduras Libre, Soberana e Inde-pendiente, 15 de septiembre de 1821”, escrita en el ovalo. El mar embravecido representa los dos océanos que bañan y protegen las dos costas hondureñas. El volcán viene a ser un fiel centinela que vigila la integridad territorial. Sobre el volcán nace y resplandece el sol, que en tiempos pasados eran imágenes de adoración para los aborígenes como punto central del Universo, padre y guía que desprende luz y calor para mantener la vida de los seres y las cosas. Ese sol es naciente para indicar que la vida nacional comienza y se desarrolla todos los días a manera de perenne juventud.

Primera Estrofa

Como una india Virgen y hermosa personifica a Honduras. Virgen porque en su suelo no ha-bía puesto la planta ningún hombre extraño, como si dijéramos que su honra no había sido tocada. Hermosa por las diversas maravillas que había en sus campos.

Cerrados sus ojos a la luz de la civilización europea, arrullada por el incesante rumor de sus mares y echada en actitud de largo reposo, con sus riquezas amontonadas a su alrededor, así estaba la india al hallarla Colón en el año de 1502.

El descubrimiento de tanta belleza natural, acaso inesperada, produjo admiración y embele-so en el espíritu de Colón. Entre tanto el vasto mar consagró el acto con su oleaje en la pla-ya, cual si fueran besos de amor eterno.

Segunda Estrofa

Cristóbal Colón había concebido la existencia de otras tierras que ensancharían al mundo hasta entonces conocido por los europeos. Firme en su concepción y después de marchas fatigosas a través de Portugal y España, venciendo muchas dificultades y realizando granes esfuerzos en varios años pudo preparar la primera expedición y se aventuró a navegar por el Océano Atlántico sin detenerse hasta encontrar la tierra presentida.

En el cuarto último viaje, Colon descubrió a Honduras, tomando posesión del territorio en nombre de los reyes españoles Fernando e Isabel, el 17 de agosto de 1502. regreso a Espa-ña dejando iniciado los dominios de ella en el nuevo territorio que, por lo pronto, fue llamado Hibueras.

Por eso, cuando la india que personificaba a Honduras despertó y levantó su frente, notó con asombro e inquietud que flameaba la bandera española, como señal de hallazgo de Colón, en la tierra que tuvo esa suerte como corazón histórico.



Tercera Estrofa

Al hallazgo siguió la ocupación y a ésta como era lógico, el ejercicio del dominio. Para rea-lizar la ocupación vinieron los conquistadores que penetraron al territorio por diversos rum-bos, teniendo sus almas plenas de curiosidad, ambición y codicia. Era natural que los nativos opusieran resistencia, valiéndose de todas sus facultades materiales y morales. Llego el año de 1537 todo el país estaba sometido por los conquistadores, había sido vencida la gente de Copantl; faltaban las tribus aguerridas de Cerquín que arreglaron amistosamente sus disi-dencias y se unieron frente al enemigo común, reuniendo un gran ejercito que pusieron al mando de Lempira, joven caudillo que se había distinguido por su audacia y su talento gue-rrero.

Dispuesto a la defensa de sus lugares, Lempira organizó sus ejércitos en las alturas de Con-golón y Coyocutena que corresponden al Municipio de Erandique y Gualcince.

El gobernador Francisco de Montejo mandó al Capitán Alonso de Cáceres a someter a Lem-pira. Este no aceptó la excitativa de sumisión y obediencia; irritado Alonso de Cáceres sitió y atacó a los indios.

Trascurrieron seis meses de lucha con desventaja para los españoles, por los muertos que resultaban y por el copioso invierno. Entonces Cáceres recurrió al medio más vil, la traición uno de los emisarios de paz que mando con bandera blanca, al estar a corta distancia de Lempira disparó su arcabuz.


Cuarta Estrofa

Tres siglos duró la dominación española. Durante ese tiempo los nativos servían y obede-cían en verdadera esclavitud los señores y autoridades coloniales en nombre del Rey. Las ansias de libertad hervían naturalmente en los espíritus de los oprimidos y las demostracio-nes por gozar de ese derecho inherente al hombre: La Libertad, se perdía en el viento.

Al fin los hijos más grandes del pueblo sometidos a servidumbre del coloniaje, oyeron el eco del estruendo que producía el movimiento revolucionario que había más allá del Océano Atlántico.

Quinta Estrofa

Era el movimiento político de Francia desde 1789, para establecer como regla de Gobierno y de organización social posible, la voluntad del pueblo base de reconocimiento de los dere-chos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, en oposición al absolutismo de los Reyes, el Clero y los Nobles Señores, lo cual era un violento despertar a una nueva vida. Uno de los cam-peones de aquel movimiento formidable era Jorge Jacobo Dantón, orador y estadista, que pretendiendo moderar la situación creada por el terror de 1793, fue decapitado el año si-guiente.

El Rey Luis XVI era débil ante el poderío de sus Ministros, de la Nobleza y del Clero que se oponían a las reformas políticas y sociales en beneficio del pueblo. Por eso y en vista de que intentó salir de Francia aquel Rey fue condenado a muerte como reo de los delitos de cons-piración contra la libertad y de atentados contra la seguridad del Estado. en ese tiempo se estableció la obligación general de rendir culto a la razón, que fue elevada a la categoría de Diosa de los Franceses.

Sexta Estrofa

Así como Francia, nuestra Patria sacudió la servidumbre y se presentó ante los países civi-lizados sin las cadenas que la ataban, y que rompió con la Proclamación de la Independen-cia el 15 de septiembre de 1821, para darse personalidad en el mundo.

Los pliegos que contenían esa Proclama llegaron a Tegucigalpa en la tarde del 28 de sep-tiembre, siendo celebrado el suceso con júbilo, respeto y adhesión por todos los ciudadanos reunidos en la Sala Capitular.

Y del suelo bendito de Honduras, aquella tarde inolvidable, tras la cima de cerros y monta-ñas coronadas de nubes que se funden con los bosques rápidamente desapareció la domi-nación española a manera de un ave negra y dañina que se pierde en el horizonte.


Séptima Estrofa

Porque Honduras sea siempre y en todas circunstancias libre, soberana e independiente, sus hijos le juramos emplear todos los recursos y fuerzas de que disponemos, unidos, esfor-zados y leales en la idea, el sentimiento y la voluntad; y declaramos que luminoso y feliz será el destino si la muerte nos halla con el pensamiento puesto en la Patria, demostrando que el amor a ella está por sobre todas las cosas.

Y por la defensa de la bandera nacional, que para nosotros es santa porque encierra la dig-nidad colectiva, y de presentar en todo momento el triunfo y la grandeza de la paz y la gue-rra, morirán al pie de ella como leones a millares en terrible combate, todos los hondureños que sean necesarios, dejando en los sucesores, en la sangre y en el espíritu modelos de ho-nor que sabrán imitar dignamente.

En cuanta a la letra se achaca al poema que es muy extenso; pero son varios los himnos nacionales de América así extensos como el nuestro y algunos más todavía. En cuanto a la música, ésta ha sido tachada de incongruente, no adecuada sin ritmo elevado y sin carácter masculino que expresa los tributos de la nación.

Nuestro Himno está en el género lírico no épico como debe ser todo Himno Nacional; esto ha sido motivo de controversia queriendo su cambio. La verdad es que estas ideas no han prevalecido y el poema de Don Augusto C. Coello con la música de Don Carlos Hartling, sigue siendo el canto sagrado de los hondureños.


Interpretación y Explicación del Himno Nacional

La letra del Himno Nacional consta de un coro y siete estrofas, cada una contiene ocho ver-sos decasílabos, con el acento en la tercera, sexta y novena silaba, como lo prescribe la mé-trica, para esta clase de composiciones. Su contenido es una relación en orden cronológico de los hechos desde la existencia precolombina hasta la independencia.

El coro es una evocación brevemente descriptiva de la bandera y el escudo, que se repite para demostrar nuestro respeto a esas dos grandes expresiones de la vida pasada, presente y futura de la Patria.

Las voces constituyen, desde la primera hasta la sexta, una alusión en orden cronológico de los principales hechos y fenómenos históricos, comenzando con la existencia precolombina y terminando con la organización del estado Libre, Soberano e Independiente.

La estrofa séptima y final es un llamamiento cívico, una voz de alerta a todos los hondure-ños, como lógica conclusión de todo lo expuesto en las mencionadas seis estrofas.





Tela, Atlántida, Honduras, 27 de Junio del 2003

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